Así como el niño necesita la seguridad de una mano amiga, o la mirada segura de una madre o un padre para poder saber que está en lo correcto, así los ciudadanos, necesitamos creer en nuestros dirigentes.
Y no, no es que queramos quedarnos mentalmente enanos o que nos neguemos a crecer y madura, es que cuando se rompe un vínculo tan importante como...LA CONFIANZA, cuesta trabajo volver a creer las mismas palabras y caminar sobre las piedras con las que que ya se tropezó en el camino.
CONFIAR, es un acto necesario para el ser humano, porque nos da un rumbo y nos indica el avance en cualquier tarea; pero cuando se ve adelante solo CAOS, es necesario repensar en dónde están los errores cometidos.
En éste momento tan especial para nuestro país, es necesario que todos y cada uno nos preguntemos ¿como podemos cambiar nuestras acciones, para no cometer los mismos errores ¿como hacer para que siendo nosotros mismos? ¿podamos tomar decisiones diferentes?
Yo creo que la respuesta es tomar conciencia de nuestra responsabilidad para que se genere un cambio; en que pensamos, como nos comportamos, como educamos y cuál es nuestra visión de un futuro que merezcan nuestros hijos.
Como artista yo sé que nuestras emociones siempre darán color a la tela de la vida; que no podemos culpar a los jóvenes por ver tan sólo en BLANCO y NEGRO; que si ellos pintan monstruos y cuerpos mutilados, es porque eso es lo que están aprendiendo de nosotros.
De nada sirve ponerlos a pintar a VAN GOGH o a MIGUEL ANGEL, si en la vida real sólo ven dolor y muerte; hay que ser un poco más congruentes y empezar a revertir el proceso de deterioro que se vive; hay que mostrarles precisamente a través del ARTE y la CULTURA, que existe otra forma de ver la vida y a los que nos dirigen. No olvidemos que alguna ves tuvimos la primera CIUDAD UNIVERSITARIA de América latina, que nuestros murales, todavía son admirados por el mundo entero, que DIEGO y FRIDA, alguna vez fueron nuestros vecinos y que también tenemos uno de los MUSEOS más grandes del mundo, ( La ciudad de los palacios).
Somos tan ricos en cultura, que pocas veces nos detenemos a percibir su grandeza por el ritmo de la prisa, por ganar el sustento de mañana o también por los apretones en el metro.
Pocos pueblos pueden enorgullecerse de tener tanta riqueza acumulada; por eso los que vienen de fuera, se quedan admirados y cuando se van siempre piensan en que...¡VALIÓ LA PENA venir a MÉXICO!
¡Nosotros estamos...aqui!, somos los dueños, sólo que necesitamos ser concientes de todo ello.
¡A este pueblo le falta saber cuanto valor hay en su gente!, y que los jóvenes en vez de soñar con irse sobre la bestia a la frontera, aprendan a sembrar, a hacer maravillas con sus manos; a levantar la frente y con orgullo decir...¡SOY MEXICANO!.
P.D.
Soñar, no cuesta nada; además es lo que más se nos dá a los artístas; pero creo que " UN PINCEL, puede cambiar más cosas que mil armas"
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