Es curioso que en la vida, principio y final son semejantes y solo basta con encontrar las similitudes que ambas edades presentan para darnos cuenta, y baste con poner unas cuantas:
Cuando somos bebes; tomamos leche, usamos pañal, somos torpes al escribir, comemos papillas, hacemos "sopitas", lindos berrinches, nos transportan en carriola y por si fuera poco necesitamos de "alguien" que hable por nosotros.
Y cuando pasa la vida y nos volvemos pasitas; nos pasan cosas similares como:
Bueno la leche, es mejor quitarla por eso de los "gases", el pañal se queda "por las dudas", los grafísmos nos cuestan trabajo, pero si de plano las letras se niegan a salir, podemos dibujar para expresarnos, las papillas son buenas por eso de que duelen los dientes (siempre y cuando no tengan "ni azúcar, ni sal".
Respecto a las "sopitas", son deliciosas con galletas de chocolate "light"; los berrinches "son la forma de conservar la DIGNIDAD", la carriola se transforma en sillita de ruedas y respecto a nuestros sonidos, a veces tenemos que acompañarlos con muecas para que "nos puedan entender".
Bueno, todo esto parece trágico o triste. Más yo creo que dependiendo de la forma en que "aprendamos a envejecer", es como podremos adaptarnos a dicha etapa de la vida; ya que también es la edad de la experiencia y el compendio de vivencias;"nunca debemos desaprovechar las maravillozas pláticas de los mayores, porque es "aprender de viva voz" lo que nosotros jamás podremos experimentar en nuestro libro de la vida.
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